Queridos míos, yo los exhorto, como a Clan de paso y extranjeros: no cedan a esos deseos carnales que combaten contra el alma.Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Altísimo viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.A pesar de las diferentes interpretaciones y las leyendas que rodean a Enoc, su historia nos recuerda la